7 de Abr 2009 12:00 AM
La semana pasada, 150 coches para bebés fueron exhibidos en la ciudad de Nueva York.
Cada uno de ellos representaba a esa persona, entre cada 150, que nace con autismo, una condición de "espectro" porque los afectados varían en la intensidad y en los síntomas que presentan.
Mucho se ha hablado y estudiado sobre el autismo.
Desde que la condición fue definida, las teorías sobre sus orígenes y el mecanismo que la produce han variado significativamente.
No obstante, todavía no se sabe a ciencia cierta qué problemas y daños la ocasionan.
"Se pensó por un tiempo que podían ser las vacunas, porque las madres se daban cuenta de que algo andaba mal con el bebé en la edad, precisamente, de vacunarlos; pero ahora, con medios para el diagnóstico temprano de la condición y otras pruebas, los médicos conocen bien que las vacunas no afectan para nada la salud del bebé, por el contrario", explicó para El Caribe la neuróloga Amy Armentrout, de la Universidad de Pittsburgh.
Ahora, un equipo de científicos del Colegio Universitario de Albert Einstein en la Universidad Yeshiva en Nueva York, propone una teoría basada en interesantes estudios y experimentos que aseguran que la condición no es un problema estructural del cerebro sino de desregulación del sistema, lo que implica, además, que podría ser reversible.
Los científicos hablan de una región conocida como el "Locus Coeruleus", un conjunto de neuronas en el tallo cerebral que procesa señales sensoriales que llegan de todas partes del órgano, también se encarga de controlar la temperatura del cuerpo.
Locus Coeruleus quiere decir en latín el sitio azul, y las neuronas allí han sido responsabilizadas por acciones como las de correr cuando nos sentimos amenazados, además de varias respuestas al pánico, entre otras.
Para el equipo científico, las evidencias descubiertas hasta el momento apuntan en esta dirección.
"El sistema del Locus Coeruleus noradrenérgico (LC-NA), está involucrado, no sólo en producir fiebre sino también en controlar el comportamiento, es el único que realiza ambas funciones", explicó Dominick P. Purpura, profesor de neurociencias en Einstein.
Los investigadores piensan que el sistema atraviesa por una desregulación debido a varios elementos que entran en juego, como factores ambientales, genéticos y epigenéticos.
El estrés durante el embarazo, aseguran, puede ser uno de ellos.
Función de la fiebre
Para los especialistas, el sistema LC-NA en los autistas es restaurado temporalmente por la fiebre.
Entre las funciones que lo caracterizan se encuentran también algunas involucradas en conductas complejas como la habilidad de concentrarse en pistas que son relevantes en el momento y de cambiar este foco de una tarea a otra, un problema que caracteriza a todos los autistas.
"Lo que es único del locus coeruleus es que se encarga de activar a casi todos los centros de alto mando cerebral que están involucrados en tareas cognitivas complejas", explicó Mehler.
"Si esta parte cerebral no estuviese implicada, sería imposible detectar un cambio de conducta durante un episodio de alta temperatura, tampoco sería posible si el autismo fuera un problema de estructura cerebral".
Todo comenzó con observaciones durante períodos de altas temperaturas
Cúmulo
Las anécdotas a nivel científico cobran vida cuando su acumulación da cabida a experimentos de confirmación de lo que exponen.
En esta ocasión, los relatos de padres de autistas comenzaron a mostrar una característica en común, al parecer, cada vez que estos niños sufrían de fiebre, los síntomas del autismo disminuían y el niño parecía actuar de forma normal.
Entonces, en el 2007, un estudio publicado en el diario Pediatría, observó esta conducta con más rigurosidad, utilizando grupos de niños autistas con fiebre y otro que no la padecían, en un análisis comparativo.
Los resultados revelaron que los niños autistas presentaban conductas distintas cuando padecían de fiebres. "En una nota positiva, estamos hablando de una región cerebral que está irrevocablemente alterada.
Lo que nos permite tener esperanzas de que, con terapias novedosas podamos, eventualmente, ayudar a las personas con autismo", dijo el coautor del estudio, Mark F. Mehler, director de neurología del Instituto para Desórdenes Cerebrales y Regeneración Neuronal en Yeshiva.
3 comentarios:
Ojala encuentren pronto en buen camino para saber el origen del autismo y su cura. Besitos
Lamento que no puedan encontrar la cura pero que al menos todos los niños tengna las mismas posiblidades para tener un buen tratamiento.
Besos nena! Te puse en el blog de Tomi.
ojalá que todas estas investigaciones lleguen a buen puerto , y sigan a delante , y algun dia no muy lejano, puedamos tener soluciones y no solo palabras pues nuestros niños estan creciendo y se les van los añitos sin hacerse nada por ellos ,cordialmente, laura gómez
Publicar un comentario